martes, 18 de agosto de 2009


Juan Pedro Lanzani desayuna Nesquik o licuado de banana con medialunas de jamón y queso. En Israel hay un helado y unas papas fritas que llevan su cara, y a la hora de sentarse a la mesa elige sin dudar la milanesa a la napolitana. Su película predilecta es Diario de una pasión (The Notebook) y su actor ídolo es Brad Pitt. “En la Argentina me quedo con Benjamín Rojas, pero porque me siento identificado con él”, se ufana. Su foto es la que más tirada tiene en las puertas del Rex. Darío (20), vendedor ambulante, lo garantiza: “Si tengo un buen día, vendo cien pósters, algo así como setecientos pesos, y más de un cuarenta por ciento son de Peter”.

–¿Qué extrañás de tu vida anterior?
–¡El rugby, definitivamente! El otro día fui al club –Alumni– y estuve todo el partido con ganas de entrar. Pasa que con los ensayos y la grabación no tengo tiempo de entrenarme. Igual, no pierdo las esperanzas. Tarde o temprano voy a volver a jugar.

–¿Qué otras cosas no podés hacer?
–No hay mucho espacio para relaciones. Bué... Casi no tenemos tiempo para nuestra familia, ¡mirá si vamos a poder estar de novios!

–¿No es mucho sacrificio?
–Trabajamos casi diez horas por día. Son doscientas ochenta horas por mes. ¿Pero qué te voy a decir? Todo lo que hacemos es porque nos gusta.
Eso: Casi Angeles. Pero sin alas y en la Tierra. En la Tierra, aunque el éxito los lleve a las nubes.

1 comentario: